No te des por vencido, ni aun vencido,
No te sientas esclavo, ni aun esclavo;
Trémulo de pavor, piénsate bravo,
Y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido,
Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;
No la cobarde intrepidez del pavo
Que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora,
O como Lucifer, que nunca reza,
O como el robledal, cuya grandeza
Necesita del agua y no la implora ...
¡Que muerda y vocifere vengadora,
Ya rodando en el polvo tu cabeza!
ALMAFUERTE
domingo, 18 de enero de 2009
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.. está bien bravo este poema!.. desde luego tiene fuerza y trasmite mucha decisión y energía..
ResponderEliminar.. saludos, María Magdalena, desde mis Colinas Solitarias..
Decía G. Celaya que "la poesía es un arma cargada de futuro"...
ResponderEliminarQue así sea,Magda.Bienvenida al "club". ;-)
Un abrazo.